Los seres humanos se extinguirían en la Tierra dentro de 250 millones de años si se deja de quemar combustibles fósiles; de lo contrario podría ser mucho antes. Cualquier forma de vida tendría que hacer frente en un futuro a temperaturas de entre 40°C y 70°C, y eso complicaría la existencia de varias especies, entre ellas la humana, según dieron a conocer expertos de la Universidad de Bristol en un estudio dirigido por Alexander Farnsworth y publicado en Nature Geoscience.

Sin embargo los cálculos no tienen en cuenta los gases de efecto invernadero emitidos por la quema de combustibles fósiles y otras fuentes causadas por el hombre, por lo que la fecha de nuestra desaparición probablemente será incluso más temprana. 

“Las perspectivas en un futuro lejano parecen muy sombrías”, afirmó Farnsworth y agregó: “Los niveles de dióxido de carbono podrían duplicar los niveles actuales. Los seres humanos –al igual que muchas otras especies– morirían debido a su incapacidad de eliminar este calor a través del sudor, enfriando sus cuerpos”. 

Según los investigadores, dentro de 250 millones de años, todos los continentes de la Tierra se habrán unido para formar un supercontinente conocido como Pangea Ultima. La tierra de la Tierra tendría forma de rosquilla con un mar interior en el medio: todo lo que queda del alguna vez poderoso Océano Atlántico. Mientras tanto, el Océano Pacífico circundante ocuparía la mayor parte de la superficie de la Tierra. 

Pangea Ultima es sólo una posible proyección de cómo podría verse el supercontinente de la Tierra una vez que las placas tectónicas se unan. Cualquiera que sea la alineación exacta, los científicos están seguros de que los continentes de la Tierra se fusionarán lentamente para formar una masa caliente, seca y en gran medida inhabitable. 




Los procesos tectónicos en la corteza terrestre que unieron a los continentes provocarían erupciones volcánicas más frecuentes, que producirían enormes liberaciones de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera, calentando aún más el planeta. A esto se suma otra forma menos conocida de calentamiento global: el brillo natural del sol, que hace que los planetas sean cada vez más calientes. 

“El supercontinente recién surgido crearía efectivamente un triple golpe, compuesto por el efecto de continentalidad, un sol más caliente y más CO2 en la atmósfera, que provocaría un aumento del calor en gran parte del planeta”, afirmó Farnsworth. 

“El resultado es un entorno mayoritariamente hostil, desprovisto de fuentes de alimento y agua para los mamíferos. Temperaturas generalizadas de entre 40 y 50 grados centígrados, y temperaturas extremas diarias aún mayores, combinadas con altos niveles de humedad, acabarían sellando nuestro destino”. 

Para el estudio, los científicos utilizaron modelos climáticos computarizados para simular las tendencias de temperatura, viento, lluvia y humedad de Pangea Ultima.

 

Para estimar el nivel futuro de CO2, el equipo utilizó modelos de movimiento de placas tectónicas, química oceánica y más para mapear las entradas y salidas de CO2.  Los investigadores subrayan que no tuvieron en cuenta la contribución de las emisiones de CO2 procedentes de la quema de combustibles fósiles, comúnmente citado como la principal causa del cambio climático en la actualidad. 

Estimaron que el CO2 podría aumentar desde alrededor de 400 partes por millón (ppm) en la actualidad a más de 600 ppm dentro de muchos millones de años en el futuro.  “Por supuesto, esto supone que los humanos dejarán de quemar combustibles fósiles; de lo contrario, veremos esas cifras mucho, mucho antes”, afirmó el coautor del estudio, el profesor Benjamin Mills de la Universidad de Leeds. 

Los hallazgos indican que sólo entre el 8 y el 16 por ciento de la tierra sería habitable para los mamíferos, pero probablemente todas las especies de mamíferos serán aniquiladas. 

Para empeorar las cosas, el supercontinente estaría ubicado principalmente en los trópicos cálidos y húmedos, por lo que gran parte del planeta podría enfrentar temperaturas más altas de las que muchas especies de mamíferos están acostumbradas. 

“No podemos predecir cuánto tiempo existirán los humanos; sin embargo, si asumimos que duramos tanto, ese mundo futuro sería inhóspito para nosotros”, dijo Farnsworth al medio británido MailOnline. 

El académico dijo que se podría sobrevivir si se construyeran “refugios ambientalmente controlados con aire acondicionado. Pero probablemente también tendríamos que construir otras instalaciones para albergar la producción de alimentos”, afirmó. 

Otra esperanza para la humanidad es la formación de civilizaciones en otros planetas de otros sistemas solares, pero por el momento esto es sólo materia de ciencia ficción.