La Real Academia de las Ciencias Sueca anunció este martes el Premio Nobel de Física 2023 para Pierre Agostini, Ferenc Krausz y Anne L’Huillier por sus métodos experimentales para generar pulsos de luz de una duración de attosegundos para el estudio de la dinámica de los electrones en la materia. Las potenciales aplicaciones de estos métodos se encuentran en los ámbitos de la electrónica y la medicina. El anuncio del premio de Física sigue al de Medicina de este lunes que fue para Katalin Karikó y Drew Weissman por sus investigaciones relacionadas con las vacunas ARN mensajero contra la covid 19. En los próximos días se conocerán los de Química, Literatura, de la Paz y de Economía.

Según informó EFE, Agostini, Krausz y L’Huillier han demostrado una manera de crear pulsos de luz extremadamente cortos que pueden usarse para medir los rápidos procesos en los que los electrones se mueven o cambian de energía.

Además, sus contribuciones, de acuerdo a lo destacado por la Academia sueca “han permitido investigar procesos que son tan rápidos que antes eran imposibles de seguir”.

Sus aplicaciones potenciales están en áreas “que van desde la electrónica hasta la medicina. Los pulsos de attosegundos también se pueden utilizar para identificar diferentes moléculas, como en el diagnóstico médico”.

Agostini, nació en Francia en 1968 y es profesor de la Universidad Estatal de Ohio (Estados Unidos); Krausz nació en Hungría en 1962 y ejerce en el Instituto Max Planck de Alemania y L’Huilllier nació en Francia en 1958 e investiga en la Universidad de Lund (Suecia).

El mundo científico había valorado ya antes de este Nobel que estos tres científicos han revolucionado la física al hacer posible la observación de fenómenos subatómicos en la escala de tiempo más breve que ha sido captada por el ser humano hasta ahora.

La academia resalta que los tres “han brindado a la humanidad nuevas herramientas para explorar el mundo de los electrones dentro de los átomos y las moléculas”.

“Los movimientos de los electrones en átomos y moléculas son tan rápidos que se miden en attosegundos. Un attosegundo es a un segundo como un segundo a la edad del universo”, explicó la academia sueca.

“Ahora que el mundo de los attosegundos se ha vuelto accesible, estos breves estallidos de luz pueden usarse para estudiar los movimientos de los electrones. Ahora es posible producir pulsos de hasta unas pocas docenas de attosegundos, y esta tecnología está en constante desarrollo”, aclaró la academia sueca.