Un gran equipo internacional de científicos espaciales descubrió que la detección de un exoplaneta que orbita alrededor de la estrella 40 Eridani se realizó por error. El grupo publicó un artículo donde describen cómo descubrieron el error.

Según afirmaron, la atracción gravitacional que se había observado se debía, en realidad, a la actividad en la superficie de la estrella anfitriona y no a la evidencia de un exoplaneta que los fanáticos de la mítica serie relacionaban con el hogar de Spock, uno de los personajes principales.

En 1966, el programa de televisión “Star Trek” hizo su debut; duró tres años, pero dejó una impresión indeleble en la psique estadounidense. Se realizaron varios spin-off junto con varias películas. Uno de los personajes principales era un extraterrestre llamado Spock, que provenía del planeta Vulcano, que orbitaba una estrella llamada 40 Eridani A.

Esa estrella y su planeta ficticio se basaron en la estrella real 40 Eridani A y un presunto exoplaneta. En 2018, se descubrió un exoplaneta que orbitaba 40 Eridani A; se llamó 40 Eri b, aunque muchos fanáticos de “Star Trek” sin duda querían que se llamara Vulcan. Desafortunadamente, resulta que 40 Eri b en realidad no existe: el descubrimiento fue un error.




En este nuevo esfuerzo, los investigadores trabajaron en una lista de exoplanetas que la NASA está considerando para un estudio más detallado para asegurarse de que sean dignos de los enormes costos involucrados. Pero al mirar más de cerca a 40 Eri b, encontraron algunos problemas. Tales problemas no fueron del todo inesperados. Algunos astrónomos habían cuestionado si 40 Eri b era en realidad un planeta poco después de su descubrimiento. Esto se debió a que parecía poco probable que la duración de una órbita fuera la misma que la duración de la rotación de una estrella.




Se pensó que 40 Eri b era un planeta basado en un análisis que usaba la velocidad radial para estudiar las longitudes de onda de la luz emitida por 40 Eridani. El equipo observó lo que pensaron que era un tirón gravitacional en la estrella, lo que indicaba un tirón de un exoplaneta.

Pero al rastrear las características del espectro de luz de la estrella, el nuevo equipo descubrió que la atracción que se había observado en realidad se debía a la actividad en la superficie de la estrella, no a la evidencia de un exoplaneta. El grupo publicó sus resultados en el servidor de preimpresión arXiv.