Los científicos dicen que el oxígeno que se produjo en Marte acerca por primera vez a los humanos a la posibilidad de vida en otro planeta. Desde que aterrizó en Marte en febrero de 2021, el Experimento de utilización de recursos in situ de oxígeno de Marte dirigido por el MIT, o Moxie, convirtió el CO2 en oxígeno gracias a un árbol pequeño.

Usando un instrumento “del tamaño de una fiambrera”, un equipo apoyado por la Nasa trabaja desde hace 18 meses en la transformación de dióxido de carbono del Planeta Rojo para producir más oxígeno y ahora allana el camino para sustentar temporalmente la vida humana.

El oxígeno se creaba tanto de día como de noche y en diferentes estaciones. Significa que los astronautas que entren en territorio marciano podrán respirar sin ayuda para su llegada, además de proporcionar suficiente oxígeno para alimentar un cohete a su regreso.




Si bien es solo un pequeño paso, los científicos lo aclamaron como un paso gigante y “prometedor” para la humanidad.

Michael Hecht, que estuvo trabajando en el proyecto, dijo que esto ayudaría a futuras investigaciones sobre si existe la posibilidad de albergar vida en otros planetas: “Hemos aprendido mucho que informará a los sistemas futuros a mayor escala”, dijo.

“Esta es la primera demostración del uso real de recursos en la superficie de otro cuerpo planetario y su transformación química en algo que sería útil para una misión humana”, dice el investigador principal adjunto de MOXIE, Jeffrey Hoffman.




Sin embargo, lo único que los científicos no pudieron hacer hasta ahora es producir oxígeno durante los amaneceres y atardeceres marcianos, debido a los cambios de temperatura del planeta durante estos tiempos. “Tenemos un as bajo la manga que nos permitirá hacer eso”, agregó Jeffrey. “Y una vez que lo probemos en el laboratorio, podemos alcanzar ese último hito para demostrar que realmente podemos correr en cualquier momento”.

 

Con MOXIE ahora produciendo oxígeno, los científicos quieren aumentar su capacidad y planean producir más durante la primavera del planeta, cuando los niveles de dióxido de carbono son más altos. “La próxima carrera que se avecina será durante la densidad más alta del año, y solo queremos generar la mayor cantidad de oxígeno posible”, dijo el profesor Hecht.