La potencia latente del peronismo, aún golpeado por la derrota electoral y atado con alambre como está, motiva a los bloques de la oposición dialoguista a sostener y “ayudar” al gobierno a pesar de que Milei se empeña en todo lo contrario.

La oposición dialoguista es la que le permitió que después de cuatro días de debate, por lo menos pueda mostrar que la ley ómnibus todavía está viva, a pesar de que entró con casi 700 artículos y el viernes obtuvo una aprobación, solo en general, de un texto que tiene la mitad. 
La escena es insólita. Un gobierno de inexpertos e ineptos políticos arrastró a la Cámara de Diputados a debatir durante cuatro días sin que nadie tuviera claro el texto final, como recalcó una y otra vez el presidente de la bancada de Unión por la Patria, Germán Martínez, que hasta aquí cumplió con altura el rol que se espera del jefe de la bancada opositora.

De hecho a esta hora nadie sabe qué es lo que quedará en el texto final que pasará al Senado. Es tal la insensatez, que el oficialismo tuvo que pedir un cuarto intermedio de tres días para reabrir las negociaciones una vez más. Es decir que el martes, cuando vuelvan a sentarse en las bancas, muchos artículos habrán cambiado, otros saldrán y otros se agregarán.

Entre ellos los que modifican la ley de biocombustibles, asunto central para Santa Fe junto con el aumento de las retenciones. Este último punto quedó descartado cuando el gobernador Pullaro, en medio de la reunión con otros gobernadores y legisladores, advirtió que había predisposición a votarlas y amenazó con irse de Juntos por el Cambio. 

Con biocombustibles el gobierno fue y vino tantas veces que ya ni oficialistas ni opositores saben dónde están parados. El ministro de Producción de Santa Fe, Gustavo Puccini, estuvo más de una semana instalado en Buenos Aires. Con el resto de las provincias productoras, congeniaron intereses de empresas integradas y pymes, y hablaron con el sector petrolero. Cuando los acuerdos parecen estar, aparece alguien del gobierno nacional con un texto modificado, se quejan por igual santafesinos y cordobeses. Esas situaciones se repiten en la mayoría de los temas.

Con todo derecho el Congreso podría haber rechazado de plano las desmesuras que suponen el DNU y la ley ómnibus, y exigirle al gobierno que mande leyes separadas tema por tema, como hubiera correspondido. Sin embargo, en medio de tanto amateurismo político, de acuerdos que se caen en el trayecto que los funcionarios tardan en trasladarse del Congreso a la Casa Rosada, y de negociadores desautorizados, primó una paciencia infinita y se le prestó una microvictoria al gobierno para que durante el fin de semana busque consensos.
En este punto calza la mirada de la diputada nacional Mónica Fein. La exintendenta dice que si bien los dos votos del socialismo son en contra a pesar de ser parte del bloque dialoguista que preside Miguel Pichetto, se esfuerza en ver “la mitad del vaso lleno que muestra que la democracia funcionó”. Se refiere a la decisión del sistema político de dejar de lado las descalificaciones del gobierno al Congreso para priorizar la gobernabilidad de un presidente débil, que apenas lleva 50 días, pero al mismo tiempo ponerle límites a la discrecionalidad con la que pretende gobernar.

El peronista Germán Martínez expresó otra mirada. En referencia a la oposición dialoguista se refirió a los que, como el cordobés De Loredo o Nicolás Massot critican las acusaciones y agravios que reciben de la Casa Rosada pero aun así votan a favor y ayudan a un gobierno que ajusta las universidades, educación, jubilaciones, cultura, ciencia y tecnología.
¿No es acaso ponerle límites lo que estamos haciendo?, se defienden en la UCR. Algo tiene en claro la mayoría del partido centenario. Ellos fueron votados para estar del lado “del cambio” y harán los malabares necesarios pero no le cederán una victoria al peronismo opositor.

 

La gobernabilidad en ebullición

 

¿Dimensiona MIlei que la gobernabilidad del país que preside va a ser muy delicada en los próximos meses, cuando aterrice el aluvión de aumentos, efecto de la desregulación generalizada de la economía y suba de tarifas, sumadas a la licuación de ahorros y activos en pesos?

No solo la ley que tendrá Milei no será la que pretendía, sino que pareciera inevitable una reconfiguración del gobierno cuando supere este trance iniciático. La cuestión supera el tema de los nombres del gabinete: se trata también de la alianza que sostiene la gobernabilidad. Milei está comprobando que ganar una elección permite ser presidente, pero que para gobernar no alcanzan 38 diputados, 7 senadores, las redes y la TV para verduguear al Congreso y a los gobernadores, y el PRO como aliado fijo.

El gobierno se defiende con lo que tiene. Acusa al Congreso de demorar y poner palos en la rueda. Probablemente ese enfoque sea compartido por buena parte de su electorado, pero es erróneo. El sistema republicano funciona con el equilibrio de poderes, cuyas composiciones, salvo en el Judicial, surgen del voto popular.

Por cierto que los gobernadores expresan intereses concretos cuando dicen que no acompañan la ley sino atienden sus reclamos, como hizo Pullaro con las retenciones, Llaryora y Frigerio con las economías regionales, los patagónicos con la pesca y los salteños con el tabaco. Ninguno va a acompañar leyes que perjudiquen sus cuentas y las economías de sus provincias. Es el ABC de un sistema federal. 

Lo asombroso es que el presidente pretenda desconocer esa trama de poder institucional y avanzar a espaldas de esos intereses. No es que no haya ocurrido en el pasado, pero las relaciones de fuerza no estarían siendo favorables a las Fuerzas del Cielo en su cruzada contra la distribución del poder político terrenal que habita en el Congreso y las gobernaciones.

Lo visto hasta ahora no es todo. La ley de MIlei tiene abiertos aún hoy los principales capítulos: privatizaciones, delegación de poderes especiales, límites de endeudamiento, seguridad, impuestos y fondos fiduciarios. A eso se agrega que las provincias quieren negociar una salida a la situación fiscal que padecen, asegurarse fondos ahora, a pesar de que Milei y el ministro Caputo retiraron el capítulo fiscal de la ley cuando se cayó el aumento de las retenciones. Lo contrario sería quedar a merced de la voluntad del gobierno de asistir o no a cada provincia. Los días por venir serán movidos.

Para las provincias es urgente porque están discutiendo paritarias. Hay casos como Santa Fe que no pueden cumplir con la paritaria 2023. Esta semana el gobierno destrabó en algo la situación con los gremios al avisar que reconocerá las actualizaciones firmadas en septiembre, aunque ratificó que irá pagando en función de los ingresos, tal cual había adelantado, por lo cual el reconocimiento permite fijar la base salarial sobre la que discutir la paritaria 2024, pero el aumento se cobrará en cuotas hasta marzo.

Los gremios lo ven como un avance pero no lo convalidan, por lo cual el conflicto está latente. “Solo se podría aumentar por arriba de la recaudación si baja el ausentismo; la plata que se ahorre me comprometo a dejarla en el sistema, como hice con los policías, que les subimos la hora Ospe de 800 a 4.500 pesos”, contó un funcionario.

El vacío que se está generando por la incertidumbre en las políticas nacionales empuja a las provincias e intendencias a explorar nuevos cauces.

Por un lado la articulación entre gobernadores, ya sea en bloques políticos o regionales. Ahora también toma fuerza la confluencia de intendencias. Rosario ya tiene un camino recorrido con Santa Fe y Córdoba, y ahora la experiencia se expande bajo el nombre Red Federal de Intendentes.

Se proponen ser un grupo de lobby que tiene como tema más urgente el transporte, pero hablan de asuntos en común. Por ejemplo, conformar pull de compras para colectivos, luces led, entre otros.

El tema más urgente es la emergencia del transporte urbano. La Red permite que los aumentos de tarifas no sean decisiones aisladas. Esta semana visitaron al secretario de Transporte de la Nación. Como todo en el gobierno de Milei, nada es concreto. Se confirmó la idea de subsidiar la demanda en lugar de la oferta y se confirmó que la masa de subsidios de 2024 será la misma en términos nominales que la del año pasado. Licuadora y cada a uno a arreglarse. Ni siquiera obtuvieron información de cuándo transferirá Nación esos subsidios devaluados. En una semana hay que pagar sueldos de choferes y sin esos giros el descalce financiero atiza conflictividad.

Alertas

 

El intendente Javkin y su secretario de Gobierno, Sebastián Chale, vivieron un mal momento en la semana cuando un grupo de taxistas bloqueó los ingresos de la Municipalidad y mantuvo retenidos a quienes estaban en el interior. Por más o menos razón que asistiese a esos manifestantes, la situación superó lo tolerable, al punto de que hubo algún reproche desde la Intendencia al MPA por no tomar registro en flagrancia de lo que estaba ocurriendo. 

Hay una cuestión en relación a protestas y seguridad en la Municipalidad sobre la que las autoridades deberán tomar nota. El incidente con los taxistas se suma al antecedente de cuando una marcha de portuarios destruyó, sin resistencia, la puerta histórica del Palacio de los Leones.

No hace falta reprimir ni montar shows como los de Patricia Bullrich en el Congreso, pero sí deberían evaluarse custodias preventivas acordes a cada situación, en lo posible con mandos capaces de discernir entre lo que es pintar una vereda en el marco de una manifestación y lo que es dañar un edificio, una propiedad, infraestructura urbana o un monumento.

Eso para que no ocurra lo de esta semana, cuando en el mismo día casi no hubo reacción mientras el intendente y sus funcionarios estaban retenidos sin poder salir de la Municipalidad, y horas después, al mismo tiempo que en el Congreso las fuerzas federales avanzaban sobre los manifestantes, la Policía de Santa Fe irrumpió en medio de una manifestación donde no había incidentes que requiriesen intervención policial y se llevó aprendidos a siete jóvenes “por no acatar una orden de dejar de pintar” una consigna en el piso de una plaza histórica donde sucesivas generaciones pintan sus mensajes.