Esta semana ocurrieron tres encuentros que marcaron el pulso del contexto internacional. Los dos primeros acontecieron en oriente y fueron bilaterales. Por un lado, Vladimir Putin y Kim Jong-un juntos en la región más alejada de Rusia y por otro, Nicolás Maduro en China reunido con Xi Jinping. El tercer acercamiento fue multilateral, la cumbre del G77 + China, que terminó este sábado, en La Habana, Cuba

Las tres aproximaciones fueron un claro desafío a occidente. Aunque las dos primeras conforman lo que, Estados Unidos tranquilamente podría enmarcar dentro del concepto de un nuevo “eje del mal”. De todas maneras, quizás aún no se anime a catalogar a China de esta manera. Y el encuentro en La Habana, que reunió a un centenar de delegaciones de Asia, África y América Latina, se basó en fundamentados reproches al estado actual del orden internacional, exigiendo uno nuevo. Desandemos este triplete por orden cronológico.

El miércoles 13 de septiembre, en el cosmódromo de Vostochni, el centro de lanzamiento más importante de Rusia en su propio territorio, y por más de tres horas, estuvieron reunidos Vladimir Putin y Kim Jong-un. Después del encuentro, el norcoreano visitó dos fábricas de producción de aviones militares y civiles en la ciudad de Komsomolsk del Amur. Luego llegó hasta Vladivostok para conocer instalaciones militares. En completo hermetismo, este sábado el líder todavía seguía en Rusia, y estuvo reunido con el ministro de Defensa Serguéi Shoigú.

Según consideraciones de inteligencia estadounidense, Moscú está interesado en adquirir armamento norcoreano para sus operaciones militares en Ucrania. Se estima que éste podría contar con decenas de millones de viejos proyectiles de artillería y cohetes, basados en diseños soviéticos, que conseguiría dar un gran impulso al ejército ruso en Ucrania. A cambio, lo que necesita Pyongyang sería tecnología avanzada para desarrollar satélites de reconocimiento militar y submarinos nucleares. Además le urge ayuda alimentaria.

El G77 de La Habana, Cuba

Lo cierto es que, hace ya algún tiempo, los lazos entre Rusia y Corea del Norte se han acrecentado. Esto fue producto de la invasión a Ucrania y el aislamiento internacional de ambos países. Además, Putin necesita relacionarse con estados que estén dispuestos a exponerse a sanciones internacionales, como lo está Norcorea desde 2006, debido a sus programas nucleares y de misiles. A ésta altura tiene poco que temer. Durante el encuentro, Kim Jong-un prometió a Putin “estar siempre juntos” en su “guerra sagrada” contra Occidente

La segunda aproximación de esta semana, ocurrió el jueves 14 en Beijing, aunque en realidad fue un viaje de una semana de Nicolás Maduro. Éste acudió invitado por el gobierno chino. El mandatario ha pasado por la ciudad de Shenzhen, el vector tecnológico del país, Shanghái, la capital financiera y la provincia de Shandong, uno de los principales polos industriales, destino de gran parte del crudo venezolano.  

La declaración conjunta, tras el encuentro cara a cara en el Gran Salón del Pueblo, edificio reservado para los grandes acontecimientos, expresa que ambos gobiernos elevarán el nivel de su relación a una “asociación estratégica”. Sólo tres Estados hoy cuentan con este estatus con el gobierno asiático: Pakistán, Rusia y Bielorrusia. Ahora se le suma Venezuela.

Nicolás Maduro y Xi Jinping

Los dos mandatarios firmaron varios documentos de cooperación sobre economía, comercio, educación, turismo, ciencia y tecnología, salud, vuelos espaciales y la aviación civil. Xi expresó su apoyo a “los esfuerzos venezolanos por mantener la soberanía, la dignidad nacional y la estabilidad social del país, así como por resistir la injerencia externa”. En tanto, Maduro señaló que China se ha convertido en un “importante motor para promover el nuevo mundo de la multipolaridad”.

El gobierno de Pekín tiene varios alicientes en Caracas. En los hidrocarburos se encuentra uno de ellos. El país oriental le ha otorgado grandes préstamos. Muchos comentan que fueron los mayores de la región. Venezuela los devuelve, no con dinero, sino con barriles de crudo. Otro interés chino, consiste en intentar penetrar fuertemente en la región latinoamericana. Éste fue uno de los principales asuntos conversados entre Lula da Silva y Joe Biden, apenas asumió el primero: no aislar demasiado a Venezuela. El fin es que Maduro no estreche relaciones con países como China o Rusia.

El tercer y último encuentro de esta semana, fue multilateral y comenzó el viernes 15. Ocurrió de este lado del planeta, en la Habana, Cuba. Se trató de la cumbre del Grupo de los 77 + China, con la participación de alrededor de un centenar de delegaciones de Asia, África y América Latina. Se denomina “+ China”, porque el gigante asiático se suma como colaborador pero no como miembro formal. Es éste, el grupo consultivo más grande y diverso del ámbito multilateral. Cuenta con 134 estados miembros, los cuales representan, dos tercios de los miembros de Naciones Unidas y el 80 por ciento de la población mundial.

En esta cumbre se debatió cómo darle forma a un “nuevo orden internacional”. El anfitrión, Miguel Díaz-Canel, llamó a la “democratización” de las relaciones internacionales para atender al Sur global. Y se explayó en un discurso que se está escuchando cada vez con más fuerza en los países emergentes: la necesidad de “cambiar las reglas del juego” a favor de los países en vías de desarrollo. El mandatario planteó que son éstos las “víctimas principales” del comercio, las finanzas internacionales y el “intercambio desigual”. A ellos se suma, la “brecha científica” y de la crisis climática.

Maduro habla en el G77 de Cuba

Grandes movimientos están ocurriendo en la arena internacional donde occidente y sus políticas están siendo cada vez más cuestionadas. Es una tendencia que comenzó hace un tiempo y continúa creciendo. La renovada amistad entre Putin y Kim apuesta a ser un contrapeso a la asociación trilateral que Estados Unidos reforzó en agosto con Corea del Sur y Japón. Pero además, supone para ambos países otra ventaja: evitar una dependencia excesiva de China, su gigantesco vecino y principal socio.

En tanto, Venezuela y China también están retomando sus lazos, tras años de un enfriamiento del vínculo, y en medio de una agudización de la rivalidad entre Washington y Pekín. China es desde hace años el gran sostén financiero de Venezuela, cuya economía sufre una profunda crisis, de la que Caracas culpa a las sanciones internacionales de Estados Unidos y la Unión Europea. Mientras tanto, el gobierno de Joe Biden intenta tibiamente involucrar a autoridades venezolanas en conversaciones. Éste propone levantar las sanciones a cambio de permitir elecciones justas en 2024.

Por último, en la declaración final del G77 + China, los países del sur expresaron su “profunda preocupación” por los “principales desafíos” del “actual orden económico internacional injusto”. Además pusieron en agenda la importancia de la ciencia, la tecnología y la innovación, como los “motores de la transformación” económica y los catalizadores para el “pleno disfrute de todos los derechos humanos por todas las personas”.

Y así, terminó la semana que acaba de pasar. Llena de cuestionamientos y nuevas e interesantes intenciones. También hubo grandes movimientos. Pero este lunes 18 comienza una semana nueva y con ella, otro gran evento: el 78º período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Es ésta la reunión en la que los líderes mundiales participan del debate general anual de alto nivel. Este año bajo el lema “Reconstruir la confianza y reactivar la solidaridad mundial”. Además, se revisará la implementación de la Agenda 2030 y sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). 

De esta manera, los próximos días también probablemente, estén llenos de cuestionamientos y nuevas e interesantes intenciones. Y tal vez ocurran algunos movimientos. Será un buen momento para escuchar a cada líder y analizar acciones y discursos. Teniendo en cuenta que la realidad, más allá de las intenciones, está conformada por hechos. Y que la agenda internacional, se encuentra comúnmente, repleta de muchas, buenas e interesantes intenciones.